La mesa del escritorio desordenada
Un posavasos desubicado sin saber qué hacer
Un ordenador con caries en las teclas
Bolígrafos naufragados de un pote bombardeado
Notas sin sentido aclamando a los cielos
Una idea que se escapó
Y millones de palabras que ya no tienen nada que decir
Más que mentiras
Futuros que nacieron muertos
Un libro que decía cosas abierto de par en par
Ya lo dijimos todo
No vale la pena seguir escupiendo al universo
Hojas en blanco que ya no desean hablar
Mañana se estrellará un meteorito en el centro de los corazones
Morirá la esperanza que nos mantenía vivos
Empiezo a escribir
Sólo salen ratas de los rincones
Me quedo con los brazos cruzados
Hasta que el verdugo venga a buscarme
Ensimismado en el porvenir de la extinción
Punzada de dolor como despertador
Un diente quebrado
Aún me recuerda que sigo existiendo
Ahora cojo el ascensor social
Aprieto el botón del sótano
He dejado brazos cruzados y escritorio desordenado
Cubriéndose de polvo
Las arañas harán el resto
Me suena a caos total, ¡horrible! no quiero eso, no, no , y no... Pero, ¡qué ilusa soy! si esa es, ahora, mi patria. Un abrazo Ángel.
ResponderEliminarEl polvo nos mantendrá en el olvido, mientras las arañas nos arropan con sus telas, y pronto parecerá que nunca estuvimos. Y, de alguna manera, eso es reconfortante.
ResponderEliminarA veces las arañas pueden dar cobijo a los despojados. Pero, sólo a veces.
ResponderEliminarAbrazos.
Hojas en blanco, palabras en huelga.
ResponderEliminarAbrazos.