Deslicé piedras por campos
arrasados de minas
Estalló el orgullo en mil pedazos
Mas no la dignidad
Me levanté con un asco en la
garganta
Vi a una presidenta delincuente
burlarse de ancianos asesinados
en geriátricos
Ella y sus esbirros denegaron
asistencia y hospital donde tratarse
Mentirosos,
psicópatas y malhechores en puestos de mando
Mengeles con la varita de poder
institucional
Ultraliberales sirviéndose a sí
mismos con dinero público
Fuerte con los débiles
Lameculos de los poderosos
Todo es tan asqueroso
Menos el abrazo salvador de la caída
libre
Dame un corazón
Y te regalaré el latido que falta
Una oración sin dios
El arroz compartido y buenos
alimentos
En este ir sin volver y llegar al
mismo rincón
Te devuelvo un beso y el hastío de
los domingos por la tarde
Perdóname si no consigo reunir las
riquezas que te debo
De aquí a la eternidad
Y qué es la eternidad
El sueño profundo y para siempre
Iré al supermercado a comprar lo
que hace falta
Me encuentro a este y a aquel
Conversaciones banales
Y a tanto el abandono de almas en
pena
A la salida
El Sol se fue a dormir
Y yo cuento ovejas para poderlas
liberar
En casa otra vez
Ocupando la cortesía que me das
Susurros en el oído
De la pobreza haremos un digno hogar
donde deshabitarnos
Cierro los ojos
Noche cerrada
Deambulo en el ocaso
Entre la incertidumbre y el
desasosiego
Un suspiro suave recorre el hueco
donde nos hallamos
Hay una idea sin luz
Y una meditación con espasmos de
vendaval
Se despide la golondrina que perdió
su verano