Tienes una leve fragancia de café recién molido
Tengo diez caracoles esperando lluvia
Tienen ganas de ir y se quedan
El día huele a manzanilla y yerbabuena
La huella que dejaste ya no existe
Los caminos viraron noventa grados
El reloj anuncia atardeceres de nubes negras
El trabajo que tuve se extinguió
La cosecha que recolectaron era de tormenta y lluvias torrenciales
Somos barcos de papel en océano profundo
Navegamos en medio del vendaval
No hay solución de desahogo
En este momento de barranco y de oscuro pensamiento
Resurgen los girasoles de veranos muertos de calor
Horizonte de encrucijadas
Tengo una academia que dan clases a suicidas resucitados
Veo un paraíso perdido tras la nada
Me quedo igual
Descarrilan trenes a primera vista
Será época de desamor
Deshilachados buscamos la aguja de frágil unión
Paseas en noches dormidas
Yo deambulo en mañanas de insomnio
“Tengo una academia que dan clases a suicidas resucitados” Me quedo con este verso que es increíblemente original.
ResponderEliminarAbrazos Ángel
Está todo como para deprimir a cualquiera y aunque el día amanezca hermoso, ni a tí ni a mí nos lo parece, al menos yo no sé por dónde tirar, qué camino me conviene.
ResponderEliminarMenos mal que hay café recién hecho.
Feliz tarde.