Quisiera despertar en otro mundo
El que soñé
Y al rato lo olvido
Despedazaron el monte que cubría el hogar
Ya no existen aquellos matorrales
Ya no están aquellos cansados árboles
que sonreían a los amaneceres;
que hacían más amigable los días de dura rutina
Ya no está
Sólo hay hormigón y especulación
Vendieron hasta el aire que respirábamos
Pasamos de niños a mercancías averiadas
Ahora hablamos de conquistas de soles y estrellas
Que te den una ráfaga de luz
Si son tan amables
Para alumbrar la senda que debemos coger
Para desaparecer del consumo, consumidos
y de nuestra obsolescencia programada
Déjame abrazarte antes de que partamos
Y ya no nos volvamos a ver
Todo es inevitable
Menos el polvo que seremos
Caminaré después por la orilla del mar
Deshaciendo nostalgias con un machete en la mano
Y con la otra dibujaré palabras nonatas
Vivimos en lugares de ahogo y muerte súbita
Me toca hacer lo que detesto
Algún día daré por finalizada la condena
Te liberaré de los monstruos que debiste aniquilar
Me despido del arroyo desecado
Mañana será alquitrán de un pasado inexistente
El alquitrán del que ya no nos podemos librar, ni los no fumadores. Que ya todo nos lo contaminaron.
ResponderEliminarPocos, pero todavía quedan buenos lugares.
Abrazos.
Alquitrán dices... Negros están los tejados, negras las ciudades con ese hormigón armado y carcomido de contaminación.
ResponderEliminarYo busco árboles porque necesito respirar aire puro, ese que nos quitaron.
Buenas tardes señor maestro.