Nublado el deseo
Perdida la infancia
Sepultados planes de futuro
Hundido en el sótano de un olvido
Robado a plena luz del día
A la noche el insomnio velando ovejas
Corazón que late
Al próximo latido te vas con lo puesto
Desnudos
En la intemperie de la supervivencia
Hoy te quiero en demasía
Mañana me odiarás con todas tus fuerzas
Quítame el puñal de la espalda
para que cicatricen traiciones y alevosías
Quítale valor económico a la vida
y renacerán campos de flores
En la mar
Mil dudas
Navegamos por sus olas
Construyendo utopías
La imaginación salvó un salto mortal
Labios cuarteados
Los besos que jamás daremos
Almas pulidas en piedra
Clamas lluvia que alimente la siembra
Y abrazo que abrigue a la desesperación
Salvavidas
Ya no hay
En esta urbe de mentiras desalmadas
Estrangulamos el camino
El vacío ¿dónde llevará?
El vacío no lleva a ninguna parte. Pero siempre debemos defender que nada nos haga perder la conexión con nuestro niño interior.
ResponderEliminarEs lo único que nos mantiene sanos.
Besos.
A nuestro niño/a hay que darle salida y juego, la infancia no se pierde la llevamos con nosotros, estimado Ángel. ¡Donde nos llevará? paso de saberlo, disfrutemos este momento. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarAunque sea en sueños dejemos salir ese niño que todos llevamos dentro, él es el único que puede llenar el vacío que sentimos y despejar la mente de las vivencias que la nublan.
ResponderEliminarAbrazos, Ángel.
Hay besos que jamás daremos ya, pero hay otros muchos que podemos dar. No dejemos de hacerlo, eso nos salvará.
ResponderEliminarUn beso, Ángel.
El vacío es el camino y el destino.
ResponderEliminarO eso empiezo a pensar.