Cuando toquen a arrebato las campanas
Cuando anuncien el fin de los tiempos
Déjame ser un miliciano
Con fusil en la mano
y latido en disparadero
Mil esperanzas perdidas corriendo por los montes
Asaltador de bancos
Idealista en busca de justicia
Antes desidia y esclavos a tiempo completo
Hoy flores silvestres con un día de rebeldía
Pañuelo al cuello
Grito de libertad
El desierto está lleno de ellos
Ecos de alegría
y mañana vuelo corto de mariposa
No me despiertes del sueño
Coge las maletas
Llénalas de corriente de río
No digas adiós
Fugados de la cárcel de la monotonía
Dale gloria al derrotado
Dale fe en la vida al avasallado
Borrachos de amor y flor de lis
Suenan ya las campanas
Y tras la niebla
Murmullos de silencio
Ojalá y esas flores silvestres se revelen ante este silencio. Soy un grito rebelde más en tu poema. Un abrazo Ángel
ResponderEliminarTras la niebla, las batallas son otras.
ResponderEliminarLa niebla es comparable a nuestra mente, llena de pensamientos confusos, a veces demasiado ciega, pero tremendamente iluminada cuando se retira el velo opaco que la cubre.
ResponderEliminarLlegará ese final y las campanas serán murmullos del silencio.
Bonito, Ángel.