Busqué un oasis en el desierto
Y hallé un pantano seco de sonrisas y tumbas de alabastro
Dime ¿quién eres?
Ahora que hago maratones en los abismos
Ya nada me sorprende
Ni tu mañana de navaja trapera y espalda sangrante
Ni tu noche de ausencia y vuelo de murciélago
Hice trampas al ajedrez con la muerte
Le di un quiebro al destino fatal
Y río con las sombras de días
carentes de lluvia y ríos de sed
Sedientos y hambrientos
Nos veremos con los indigentes de las dunas
al sol que más caliente
Carentes de vanidad
Matarifes del narcisismo
Bajo las escaleras mientras otros la suben
A machetazos por el reconocimiento social...
¿Y tú?
Antisocial habitante de ermitas
Ábreme las fronteras de los eremitas
Lo mandaré todo al carajo
Ala de grajo
Y vuelta a empezar
en el caos de lo invisible
Y la opinión mató a la vocal y cambio de rasante
Vale, allí te espero.
ResponderEliminarEn ese oasis a veces quisiera estar, lejos de esos matarifes. Feliz semana. Un abrazo.
ResponderEliminarSoy quien te sigue en los abismos,
ResponderEliminarHago todo lo contrario que tú,
Juego con la muerte y no la engaño,
Salgo en la noche tras los hambrientos,
Y te encontraré en ese cambio de rasante, en ese oasis.
Entre palabras difíciles de entender,
Pensamientos lúgubres que también me invitan a mandarlo todo al carajo.
Buenas y primaverales tardes, señor porta.
Los indigentes de las dunas...... me encanta esa imagen.
ResponderEliminarUn beso, Ángel.
En cambios de rasantes es a veces imposible ver nada con claridad, tener paciencia y ya está, y saber qué nos deparará un nuevo
ResponderEliminarhorizonte .
Besos.