Dos rinocerontes blancos quedan en el norte de África
Dos hembras quedan en todo el mundo
Otra especie en extinción
Otra especie asesinada
Desean sus colmillos
Se los arrancan
Chusma del averno
Traficantes que no merecen juicio ni perdón
Basura inhumana los que se lucran, comercian, compran, venden...
Somos el cáncer de la Tierra
Somos polvo de inexistencia en el Universo
Somos plaga arrasándolo todo
Cuando no haya más suelo que extirpar
Ni más lunas que conquistar
Cuando el reino de los siete mares
sea la ciénaga donde nademos en busca de salvación
Ya será demasiado tarde
para curar heridas, explotaciones y servidumbres
Dos rinocerontes blancos
Indefensas ante tanta mierda
Y un llanto de rabia y tristeza
Que no sirve para nada
Ya es demasiado tarde, y no hemos conquistado ninguna luna.
ResponderEliminarEs una tremenda pena ser testigos de tanta destrucción.
ResponderEliminarTe abrazo.
Nadie como el hombre para destruir la tierra. Feliz jueves. Un abrazo Ángel.
ResponderEliminarEl hombre es capaz de destruir cualquier clase de belleza, pero y quizá sea un sueño, en cualquier momento después de un dorado ocaso, una nueva orbe nacerá. Será un nuevo 1.492, un hermoso parto en el que todos habremos participado. Será un mundo distinto y sorprendente y descubriremos entonces la grandeza del Universo y la fuerza de la tierra.
ResponderEliminarFeliz tarde y noche.