Haz que desaparezca de tu vista
Sal del oprobio y la esclavitud
Grita y no te ahogues en el silencio
Corre las calles
Que no te cojan
Clávale una estaca en el centro del corazón
Corazón de averno
Vales un paraíso
Que no te denigre
¡Basta!
De sometimientos y cadenas en los tobillos
De obediencia que envilece el alma
Sal de la época feudal
Hay manos que ayudan
Puertas que se abren de par en par
Refugios de abrazos y amor
Andas sobre tinieblas
¿Qué hacer?
Afuera
Incertidumbres a cada paso que uno da
Empezar de cero con un roto en el estómago
Con la angustia conviviendo en el estrecho camino de la existencia
No hay más salida que la huida
Te vas dejando atrás fantasmas
Una odisea bajo tus pies
Y una sonrisa liberadora en tu rostro cansado
Volverás
Derribando puertas
Con tu palabra como puñal
Con tu dignidad resurgiendo de las cenizas
Con tu verdad que es solidaridad y justicia
Haz que desaparezca
Prepara la estaca y el golpe certero
Si no desaparece, corre y sal de ese infierno en el que vives. Levanta la cabeza muy alto, deja que tu alma vuele a las estrellas, la dignidad hay que llevarla siempre a flor de piel y nunca te dejes pisar, él es el gusano.
ResponderEliminarTriste, verídico y desesperante a la vez.
Abrazos Ángel.
Así estamos, manteniendo a flote nuestra valía como podemos, abriendo puertas o ventanas por dónde sea y como única arma, la dignidad. Parece que no hay posibilidad de cambiar nada, pero pienso que el hecho de seguir siendo como somos y no como nos quieren hacer, es la baza que finalmente podría decantar la partida.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Cuando se vive así, lo mejor es desaparecer, antes solo que mal acompañado, un refrán muy sabio. Sino se disfruta el momento, la felicidad abandona sin miramientos. Feliz día Ángel.
ResponderEliminarSí, que lo haga.
ResponderEliminarBesos.