Somos carne y hueso
y alma enjaulada que desea huir
Boca que calla las verdades que la mente dicta
Censura del viento
Dame una esperanza y te diré tu nombre
A veces hay llanto
y callejón sin salida
Otras veces alegría
y miel en unos labios que desean ser besados
En las reuniones familiares
siempre esperamos el menor descuido para salir corriendo
Queremos alas para volar y no pisar tierra
Ser sueño hecho realidad
Lo que no hacemos ahora
y lo dejamos para la séptima vida del gato
Equivocación
No hay tiempo
Arrepentimiento
Los huesos se rebelaron contra nosotros
Ya no hay segundos para la jarana pospuesta
La tumba espera regando cipreses
Arranca las cadenas
Aprovecha el momento
porque el adiós no espera
Espíritu encerrado entre cuatro paredes
Marchita está la flor
Déjate de inviernos
Y sal a recorrer la huella perdida
Desesperación
Escudriñando fugas del laberinto
Y no saber qué hacer...
Noches eternas que nublan la mente
Abrir un libro
La solución tras una letra y una frase
Ya no me importa tu indiferencia
El milagro de dejarnos en paz
De la envidia moribunda, tiroteada y muerta
nació una explosión de primaveras y campos floridos
Hola
¿Te acuerdas de mí?
Y del pasado nace una conversación
En la calle brotan ojos que nos miran
Y vamos donde no queremos ir
Con la prisa que nos marca la voz de la obediencia
Y aquí nadie se conoce
mientras los corazones laten al unísono
Carne y hueso somos
y un alma enclaustrada que desea escapar
Soltémosla
Derribemos nuestros muros y vayámonos
donde nos lleve siempre el sur
Carne y hueso somos y a veces saboreamos el milagro de sentirnos en paz, a pesar del entorno descarnado, cruel.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta!
Las reuniones familiares deberían ser lo más hermoso.
ResponderEliminarSoltemos el alma, en nuestra mano está.
No quiero inviernos aunque son necesarios, ellos nos enseñan cosas, como distinguir y quedarnos con lo mejor. Soltamos el alma, y vayamos al Sur.
Un abrazo y feliz tarde.
Las cadenas nos las hemos colocado nosotros y nadie más las pueda quitar, no hay salvadores externos. Cuando éramos niños necesitábamos ser guiados y cuidados, pero ya adultos tenemos que hacernos cargo de nuestra vida. No podemos gastarla según se supone que hay que hacerlo, demasiadas veces decimos "sí" cuando nuestro interior dice "nooo" para no dar la nota y añadimos otro eslabón a la cadena. Un día me di cuenta de que la coherencia te hace un poco más libre, fue el punto de partida para tratar de salir de mi propia prisión.
ResponderEliminarUn besito!!
Siempre bellos tus poemas.
ResponderEliminarBesos.
Aunque el entorno no sea el mejor, tenemos nuestro interior para salvarnos, hermoso poema Ángel, un abrazo!
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