La
fe en el hombre nuevo
no
era más que una superchería
de
la imaginación perturbada de dioses destronados
No
había más que jaulas cochambrosas
donde
se escondía la vanidad
de
los humanos de siempre
En
cuanto el hombre de sonrisa ambigua
y
abrazos a todo ser viviente que se le acercara
cogió
el poder cedido por la codicia
de
los terroristas de traje, corbata y avión privado
se
olvidó de los apátridas desheredados
que
siempre salían a relucir en su embustera boca
y
se llevó consigo el nepotismo, la corrupción y el blanqueo de
capitales
¡Viva
la democracia liberal!
Reverencia
a los de arriba
Mano
que aprieta el cuello a los dominados
Hoy
la catástrofe la trajeron esos nombres
Ayer
fueron otros
Pero
todos tienen un mismo patrón
y
un común denominador
La
sociedad del espectáculo lo olvida al instante
La
memoria de los peces hizo cátedra
El
latrocinio a los que nada tienen
Ley
suprema
Y
la esclavitud
un
modo de vida
que
se eterniza en los tiempos
como
el vacío en el infinito
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