La avalancha del tiempo
Avejentó
el cuerpo pesado
La
niñez que fue
Que
ni siento como mía
Los
deseos evaporados
Nada
es permanente
Las
cicatrices de la piel nos anuncian
Que
estamos para irnos
Transitamos
con dolor y alegría
Conociendo
el hundimiento final
De
corazones marchitos
Siempre
llega aunque no queramos
El
pálpito que deja de ser
Y
se apaga la luz
El
descalabro
La
paz
La
dictadura del destino
Reencuentro
en sendas olvidadas
Las
miradas que hablaron
De
abrazos infinitos
Al
final
Sólo
quedó el adiós
Y
este mirarse al espejo
Que
ahorca los rostros caídos
De
un ayer carroña de buitres
Las
arrugas del presente
Es
lo único que queda
Mañana
Extraviados
de utopías
Refugio
de esperanzas
Buscaremos
aire para respirar
Como
si fuera nuestro último aliento
tú eres de los que se manchan, de los que no quieren salir ilesos, eso siento al leerte, amar y beber la noche y el sol, sin transgénicos, sin embudos, tocar la tierra y el cieno sin guantes, habitar sin perfumes, sin seguro, sangrando y defendiendo, la canción.... sin poner mentiras sobre la herida... con un fuego insurrecto detrás de los ojos.... tal vez hay heridas de las que no se vuelve... o no lo sé....
ResponderEliminarte escribí muy subjetiva, tu poesía me inspira y me lleva dentro, me veo en esas metáforas, me grito en ellas..
un abrazo inmenso!