Habrá
una asamblea de almas perdidas
Para
liberar cárceles
Donde
agonizan presos
Latidos
del corazón
La
alegría se ahogó en mares muertos
Donde
flotan mutiladas las risas del olvido
La
mueca de los infiernos
Se
adueñó del invierno
En
este vaivén de máscaras
Que
no caen
Para
no ver el vacío
Que
la mentira se tragó
El
niño moribundo
Acribillado
se desgarra
Su
dolor nunca pudo ver un presente de felicidad
Caerán
los muros del crimen
Colonia
de víboras
Que
envenenaron la melodía
Que
cantaron las conciencias sin censura
Arrancada
la piel y sus cáscaras
Animales
encadenados somos
Domados
en la sinrazón
De
la ley del látigo
Amaestrados
por el arrastre de gusanos hambrientos
El
deshielo de la apatía
Cae
sobre el infortunio
Otra
primavera que nace huérfana
Claudicando
abortos de flores secas
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