Se detuvo el reloj
Se hizo el silencio
Ya nada importa
Corremos hacia el ocaso de nuestra era
Te detienes
En un campo de flores silvestres
Ya no hay vuelta atrás
No existe paso adelante
Detente
Es la plenitud
Yo sigo con la corriente del río
Algún sitio me llevará
Conquistaré lo perdido y su frustración
Ya no existe el recorrido de la liebre
El tiempo dictó sentencia
En cuerpo vetusto ya no se adivina tren de largo recorrido
Se detuvo
Ya se sabe
Precipicio
Le quité a la corona sus espinas
Sangra el alma mas no la piel
Cicatrizó el viento que mecía las palabras
Caen a plomo
Se derrumba la casa donde vivimos
Entre los escombros hay una salida
Un quiebro a la decadencia
Carcajada siniestra de lo inevitable
Sólo es siniestra si no ríes tú también, ahí está el truco existencial, cinismo como herramienta de supervivencia.
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