Ahora ya sabemos que es el destino
Que no existe la trampa
Jugamos las cartas
Aun sabiendo que perdimos tréboles y espadas
Algún día todo esto será tuyo
Le dijo la bomba al humo
Me quedé sin legado ni hacienda ni borrasca que compartir
He hecho todo lo que debía hacer
Menos lo importante y mis quimeras
Qué más da
Ya no hay vuelta atrás
Arrugas y manchas en la piel
Un beso furtivo
Un abrazo sin compasión
Un venderse al peor postor
Almacené lluvias y el Sol me las secó
Qué triste este vivir para consumir
O ser consumidos
Impasiblemente manipulados para continuar en la tiranía capitalista
Sin decir esta boca amortajada es mía
Alquilo mis órganos vitales para llegar a mitad de mes
Cuando llega el final me mudo la chaqueta y la soga del cuello
Monto revoluciones en mi cabeza
Nacen ideas tullidas y un barranco donde hospedarse
Hoy huiré de aquí
Me haré francotirador
Abatiendo turistas pasaré el tiempo que ya no tengo
Fabricaré ermitas de aire y polvo
Y más tarde
Descubro un traje a rayas tatuado en la piel
Múdate alma y alimenta ausencias
No existen atajos para el destino calavera
Ahora lo sabemos bien... muy bien
En la desesperación uno hace lo que sea, cuando se ve abatido y desilusionado. Como dices no existe un atajo para librarse de tanta miseria. Pero creo que el destino aunque esté escrito, se puede borrar.
ResponderEliminarSaludos poeta.
Esperemos que esos tréboles nos traigan bueno barato y bonito. Como dice Airblue yo si creo en que el destino se puede cambiar.
ResponderEliminarFeliz jueves. Un abrazo.
Puf, estoy en las mismas.
ResponderEliminarLo describes jodidamente bien.
No sé si la culpa es del mundo por bizarro, o mía por incapaz de adaptarme.
Desperte bien contenta,con cierto humor negro,te leo y mi corazon late mas aprisa,siempre es bueno leerte.Siento que el destino esta escrito,siento que podemos cambiar lo intrascendente,lo vital sin duda que no.Te envio un abrazo cariñoso desde este lado del mundo.
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