Un naufragio
Y de pronto el destino
Fracturado y en muletas
Abro una puerta
Una escapatoria
Un son para vivir
No
Eso no
Escojo otra forma de escapar
En un tramo sin salida
Quizá es demasiado tarde
Para comprender lo incomprensible
Amputé la mano que venía a ayudarme
Quizá venía a estrangularme
Otro ahogado más
Salgo a las calles
Vacías de sentido común
Llenas de genuflexión y espinazos partidos
Cojo la barca y me adentro en la mar
A ser velero en horizonte perdido
A ser lo que jamás seré
Ya nada importa
Más que la imaginación para escapar del engaño
Siembro en campo abierto
Girasoles suicidas
Asesinos de soles
La noche arrancó sus corazones
Grito al vacío
Un por qué sin respuesta
El francotirador hirió de muerte a la diosa Fortuna
Mañana toca ir de entierro
Perdona si no voy
Alma de mil naufragios
No sabe donde hallarse
Quiero creer que puede haber algo mejor, más allá de horizontes luminosos... Pero me temo que es sólo un anhelo iluso, resquicio de la vida que alguna vez hubo en mí. Quizá tú lo encuentres con tu barca.
ResponderEliminarDe todas formas, hay que escapar del engaño.
ResponderEliminarBesos.
Quisiera pensar que todavía existe una esperanza. Necesito creerlo, pero sé que tu poema habla verdades.
ResponderEliminarAbrazos