Abrazados al silencio
Destellos de soledad
Quehacer en quiebra
Ir en busca de algo
Sin saber el qué
Un salvavidas para el barco que se hunde
Y al final
Dejarse marchar
Discípulo de la intemperie
Mercancía averiada
De la humanidad
Qué quedó
Bajarse de los árboles
Comienza el estropicio
No me mandes
No sé obedecer
No acudas donde te digo
Al segundo se me olvida
Un bolsillo lleno de deudas
Un pensamiento en fuga constante
Una mala idea
El sistema moliendo huesos sin descanso
Llega la noche
No hay ovejas que contar
En los ojos abiertos
Mataderos de insomnio
Tremendo.
ResponderEliminarBeautiful blog
ResponderEliminarNo quedó nada para rescatar.
ResponderEliminarUn abrazo.
El sistema moliendo hasta el alma diría yo.
ResponderEliminarUn poema muy bello, lleno de unas metáforas preciosas.
Besos y bonito día
Sí que puede hacer de maestro la intemperie.
ResponderEliminarUn abrazo.