Una
línea negra
tras
una senda blanca
Al
final de las nieves
Se
acabó la línea divisoria
Ya
sólo queda barranco
Donde
cae la estupidez
Donde
vive la condición inhumana
Donde
el ser humano
se
transforma en máquina dispuesta a obedecer
Una
palabra hueca de mercurio asesino
Los
loros gritan la necedad del aspaviento
Un
parlamento que dicta leyes de mercado depredador
Un
banco mundial que impone las reglas al parlamento
Un
fuego que no los ve arder
Los
robados bailando al son de los poseedores de la molicie
Molicie
de poder económico, político y social
Tanto
tienes tanto vales
Y
el subyugado a donar huesos, sangre y vida
Tiempo
que se compra
Almas
que se venden
Ciudades
metalizadas
Suelo
privatizado
Aire
cancerígeno a precio de oro
Los
patriotas se almorzaron el cerebro
Colgaron
la bandera en los balcones
Ufanos
soldados de la nada y el cautiverio
Dan
salvas al Imperio que los degüella
Dan
vítores a la barbarie que esclaviza a la sociedad
Muertos
vivientes que caen por el barranco
Sin
más dirección que la estampida
Eclosión
de mezquindades
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