Decidió
hablar lo mínimo
y
ni lo indispensable
Del
trabajo lo despidieron
Por
incomparecencia
Por
dar su merecido al jefe de su condena
Nadie
le echó una mano
Insolidaridad
obrera
Vagaba
por las calles
De
lunes a viernes
Y
las fiestas de guardar también
Cuidaba
de su hija
Convivía
con su mujer
Sabía
en su eterna melancolía
Que
nada ya tenía en común
Con
la mujer que antes lo era todo...
… todo
muere
Los
besos fallecían ya antes de darlos
Cualquier
reunión familiar o de amistad perdida
Era
una cima imposible de alcanzar
Soñaba
con ermitas en medio de desiertos solitarios
Hablaba
con las piedras
Ideaba
planes
para
fugarse en busca de la ausencia
Cada
día más taciturno
Cada
noche más insomne
Sin
lágrimas que llorar
Asqueado
de un mundo
con
el cartel en venta
Quiso
ser inerte
Ir
con sus amigas las piedras
Olvidado
en los caminos
A
esperar
La
erosión de los vientos
Para
acabar con su inexistencia
Y
dejar el llanto
Para
su mujer y su hija
Que
se preguntaban
Qué
fue lo qué pasó
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