Tu
mirada ausente estruja al vacío
Aniquilado
por tus silencios no me bato en retirada
Encadenado
a la calle lloro mi desdicha expulsado de tus altares
Vuelvo
al reencuentro de tus palabras
Del
odio o del amor indeseado escúpeme vida
En
el abismo del ruido de tu boca cerrada me extravío
No
hallo más que desprecio en tu desaparición
No
recuerdo el llanto de tus palabras
Me
dejaste con el cuello cercenado en tus aquelarres
Grito
tu nombre olvidado
Tu
rostro sin cara se ríe de mis gritos ahogados
¿Dónde
estás?
Perdido
en la desesperación me despierto ahorcado en el arcén
El
viejo pescador sin mar ni pescado que le alimente
Me
recibe en su mirada y me expulsa de su rincón de calle muerta
Monedas
que espera ver caer en su mano limosnera
Toma
las balas de la alegría y ve al banco para que te den lo robado
Desnutrido
alzo el vuelo y me voy arrastrando por la tierra
Bombazo
que rompe el tímpano el banquero al infierno se va
En
alta mar el viejo y el pescado amigos en la cubierta firman tratado de sal
…
y de paz y de paz
Sordo
de no oírte me desintegro en miserias de gratificantes trabajos
La
piedra golpea mi cabeza vacía de neuronas alienadas
Muerto
a un euro el día vivo cabeza abajo y empalado a dormir voy
Me
reintegro en mísil de alegrías y verdes prados
Dejo
tan esclava mala vida
No
quiero oír hipocresías de existencias consumistas
Ni
autodestrucciones de clavos de reemplazo
Tu
lengua ya no me versa en la boca
Reseco
me reencuentro en desiertos de cal viva
Ya
no hay lluvia sobre mi cabeza
Ni
amaneceres perdidos en tu ser deshabitado
Anochecí
en mil batallas perdidas
Juego
a la destrucción de los infiernos con nuestras mentes difuntas
Tus
caricias olvidadas son puñales en mi alma
Acuchillaré
tus recuerdos que con el olvido juegan a no encontrarse
El
canto del gallo soy
Condenado
al silencio en este abismo de tiranía oscuridad
Amarrado
al muro de la inexistencia percibo el aliento de tu óbito anunciado
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