Cuando despierte en la casa vacía
Y surjan los vientos que vuelan
Desapareceré con el baile de las hojas que caen
No somos nada
No quise ser esclavo del tiempo y libertad condicional
Dos días por semana
Ahora me voy
Con la pena y la alegría
A ser fuga
Con la mochila vacía
Y la niebla señalando el camino
Olvido en el descampado de lo superfluo
Perdona
Si defraudé al devenir de tu ojalá
No somos nada, es cierto, pero cuántos dolores cuestan a veces las sendas del alma. Para lo poco que somos, tanto dolor no tiene explicación. Me ha gustado mucho la imagen de la niebla señalando el camino. Besos
ResponderEliminarEse perdona, sana.
ResponderEliminarUn abrazo, buena semana.