Y si no tenemos nada que decir
Quizás es que ha llegado la hora
de recorrer sendas divergentes
Cuando el silencio se vuelve incómodo
La grieta aparece y se expande sin pausa
Y un día cualquiera
No hay más camino que el abismo
Intereses discordantes
Duele el punto y final
Cuchillo que atraviesa el corazón
El cáncer de la desidia avanza
El abrazo ya no es refugio
Los besos... ni de cortesía
Lágrimas que mojan la noche
El descalabro definitivo es inevitable
Él lucha infructuosamente por la relación cadáver
La derrota es implacable
Ella mira el reloj
Se hace tarde
Demasiadas cosas por deshacer
Afuera hace frío
Pero dentro del hogar derruido
Ya no existen amaneceres
Ni latidos
Ni resurrección
Sólo cenizas de lo que fue
Y un cariño en desbandada
Profundo poema, demoledor.
ResponderEliminarBesos.
Cuando el silencio aparece, un abismo se está cavando entre dos.
ResponderEliminarUn abrazo.