Demasiados ojos que ciegan
Demasiadas bocas que mienten
Demasiado tiempo perdido
Demasiados amores huidos
El siglo XX murió matando
El actual nació viejo
Seguimos subyugados al mercado del crimen
Nos da pavor abrir las jaulas
Las alas están hechas para volar
No para ser amputadas
Duelen los latigazos de la espalda
Y las puñaladas del corazón
Salí corriendo al ver al mesías
que quería representar mis intereses
Ahora es un hombre enriquecido...
respetable
Otro arribista que puso la mano en el tesoro común
Ahora vive en los paraísos terrenales
Mira ese hambre que grita en el olvido
Mira al avasallado con su traje de invisible
Mira como esa mujer se levanta cuando aún duerme el sol
para descubrir cada día la precariedad
Mira como la mansedumbre se adueñó de todos nosotros
El camino está lleno de señales
Hay que seguir por donde nos indican
¿Adónde?
Eso ya lo sabemos
No mires a los lados
Porque saldrás a campo traviesa
Y yo contigo
Demasiados oídos sordos
Demasiada gente en un mundo de solos
Demasiada tristeza cuando dices adiós
Todo es triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buen poema.
El mercado del crimen ha sido muy redituable desde que el mundo existe:( uba pena, pero así es. Y seguirá, porque la humanidad no entiende.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tem razão, vivemos numa sociedade em que o precário e o efémero não consistência nem segurança, aos nossos projetos de vida.
ResponderEliminarAbraço solidário.
Juvenal Nunes