Llamo a la puerta
Abre el vacío
No hay nadie en el hogar
Más que el silencio de los fantasmas
La algarabía pasada se difuminó
El llanto se evaporó
La carcajada quedó atrapada en el polvo
Rayos de sol se cuelan por las ventanas
Todos se fueron
Un frío invernal recorre los rincones
Busco al niño que fui
Lo adivino atrapado en las paredes enmohecidas
Espectros de un verano diluido en el tiempo
Tiempo asesino
Los otros
Desaparecieron con la corriente del río
Escachada y abandonada
está la casa de los eternos cipreses
Vuelvo sobre mis pasos
El vacío no tenía nada que ofrecerme
No tenía nada que ofrecer, a pesar de haber atrapado todos los momentos de quienes la habitaron. Paradója real.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, esas rendijas indican que hace sol fuera, incluso se coló algo de su luz.
ResponderEliminarTus pasos no están vacíos.
Besos.