Nos
alejamos del hogar
Ya
no quedaba más pan
De
lágrimas no se vive
Cada
vez más pequeños
Se
nos tragaba la lejanía
No
encontré el fuego
En
este lugar frío y lúgubre
No
escuchaba el latido del corazón
Eran
oscuros los días
La
visita de la urraca estaba asegurada
Mañana
crecerán las flores
Eso
creíamos los habitantes de la niebla
Mas
siempre era en otro horizonte
La
herida abierta
no
paraba de sangrar
Te
escabulliste en la defunción
El
negocio de almas perdidas
se
declaró en quiebra
Ya
no hay besos que llevarse a la boca
Ni
mentiras que llamen a la felicidad
Me
giré en la caída
En
medio de la nada
Una
mota de polvo
Allí
estaba el hogar
Desvanecido
Ya no hay besos que llevarse a la boca
ResponderEliminarmoriremos de hambre...
(y puede que de amor, también)
Un abrazo.