Dejé
de creer en los portadores de la libertad
Dejé
de creer en la palabra del vendedor de democracias
Nació
muerta
Esputos
de amo
Llueven
balas de sometimiento
¡A
resguardo!
Sólo
creo en la mano tendida del orangután
Sólo
creo en mi desprecio hacia los coleópteros del capitalismo
La
pobreza somete
Intento
sabotear el veneno que nos quieren inocular
Nos
quieren ver muertos
La
humanidad se devora a sí misma
Los
mercaderes venden a precio de saldo carne de trabajador precario
La
realidad cabe en una tarjeta de móvil última degeneración
Creo
en la anarquía como último reducto de salvación
Quimeras
que se evaporan
Se
las lleva la polución a otras ciudades
Consume
y serás consumido
Cree
en el parlamentarismo burgués
Y
vivirás en una dantesca mentira
Voces
silenciadas en el ocaso de los tiempos por venir
Corazones
envasados al vacío
en
la primera línea del supermercado
El
trabajo nos hará libres
Dijeron
los genocidas del siglo pasado
Lo
repiten con delicadeza los inhumanos de hoy
Los
medios de incomunicación no hablan
De
los hornos crematorios
que
siguen funcionando a pleno rendimiento
La
ceguedad se alimenta desde el poder
No
creo en su ideología
Es
la misma que me esclaviza sin ver soles ni mañanas
Creo
en la mano que me quiere ayudar
Creo
en el abrazo que necesito para no caer
Juntos
somos amor y odio
ante
la vorágine que se avecina
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