Mi
vieja casa
Mi
barrio sepultado tras el pasado
Los
niños hambrientos que crecieron tras una ración de heroína
El
poder les facilitó la jeringuilla
Escuelas
que enseñan a los estudiantes a ser sumisos
Trabajos
todo a un euro
de
un día de duración
No
hay dinero suficiente para las pastillas de depresión
La
lucha de clases
A
golpe de casas de apuestas la quieren derribar
Las
pantallas de televisión harán el resto
Ideología
dominante asesina
Cerebros
alimentados a base de cocaína
Caemos
de los infiernos
Sin
red encima de las calderas
Triste
panorama para inmolarse
Veneración
por la vida esclava
Se
construyen celdas
Habitamos
en su interior
Mientras
vamos de aquí para allá
A
toque de corneta
Acumulamos
cables para interconectarnos
En
una gran mentira disfrazada de felicidad desdentada
Mueren
los animales a nuestro alrededor
Las
plantas radioactivas nos avisan del tiempo que se agota
Es
invierno
Hace
calor
Los
amos de la especulación
Dicen
que mi corazón no cotiza en bolsa
Latidos
entrando en barrena
Seguimos
mirando el suelo
Sin
ver que el horizonte está en llamas
Ojos
ciegos
Cadáveres
que avanzan
Desde
lo alto de las montañas
Los
enemigos tiran sus balas a placer
No
hay defensa ni ira que pase al ataque
En
esta rutina de lamentaciones sin ton ni son
¿quién osa decir que los corazones no cotizan en bolsa?
ResponderEliminarHagamos la prueba...❤
Quizá la cocaína sí que cotiza en su bolsa... se paga un alto precio por ella y puede destrozar cualquier corazón...
Besos y abrazos.
Cada vez escribes mejor. El poder de tu rabia, es el poder de la verdad y la libertad que no sucumbe. En las sociedades capitalista, somos animales de zoológico, pero nunca encerrarán la insurgencia del neandertal. Sufriremos el horror de ver la muerte que engendra el capitalismo, y nuestro dolor y desesperanza será también fuego subversivo.
ResponderEliminarAmo tu ardiente ira.
Yo la había perdido. Y me doy cuenta que sin ella no soy nada y me hago polvo del zoo y el capitalismo entra en mi corazón.
Tú siempre has estado en la primera línea de combate. Y te respeto muchísimo por ello.
Volveré por aquí. Ya no me iré nunca más de la barricada.
Abrazo inmenso y salud.