Lo
muerto en tus ojos
El
difunto que hay en mí
La
voz que despierta al silencio
Una
conversación intrascendente
Me
alejo de lo humano
O
de todo lo inhumano
Una
noche sin oscuridad
Un
día sin luz ni sombras que guardar
La
soberbia de esas bocas
La
ignorancia de esas mentes
La
usura el pan nuestro carcomido de cada día
La
servidumbre admitida
El
que no pasa por el aro
es
la dicha del valiente
La
oveja negra de la familia
Las
que habría de haber y no hay
Me
alejo
De
esta reunión de pasto de bueyes
Me
acompaña la soledad
En
el camino de dunas y andar de escorpión
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