Ya
no hay trenes que se paren en mi estación
El
apeadero se llenó de plantas silvestres
Crucificados
por los caminos
La
senda está repleta de almas olvidadas
Se
oyeron disparos
Las
víctimas cayeron en la fosa común
Donde
la ceguedad escribió el relato
De
lo que jamás sucedió
Se
impartirá la lección en las escuelas
Y
en la academia mundial del adoctrinamiento
Las
palabras suenan a escarcha y bomba de racimo
Las
campanas del pueblo dejaron de sonar
Ya
no hay nadie que las oiga repicar
El
campo abandonado ha sido ocupado por los espectros
de
nuestro ayer
Y
mis pasos buscan un sinsentido a la vida
El
horizonte que divisamos se desplomó
No
existía más que desierto en el oasis soñado
Me
desperté
Con
años cargados a mis espaldas y estrellas apagadas en las manos
Qué
fueron de aquellas ruinas perdidas
Y
de todos los muertos enterrados en el abismo
Los
que no pudieron romper la falsa historia
Que
asesinó la memoria de un presente claudicante
De
todo lo invisible
Se
hizo mi cuerpo inasible
Me
voy
Sin
mar que navegar ni tierra que caminar
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