Ahora
me marcho
Pero
me quedo encerrado en casa
De
la esclavitud asalariada me echaron
Ahora
hago trabajos tejiendo sueños rotos de ausencias
De
lo que pudimos ser
Y
adonde aún no hemos llegado
Candados
abiertos en parques zoológicos
El
armario todavía está cerrado
Somos
camisas por estrenar aún colgadas
Aquí
estamos para siempre
Aunque
juramos irnos cualquier día de otoño
Y
amaneceremos en invierno
Invernando
en verano
Durmiendo
en primavera
La
niebla se disipa
Ya
no se encuentran nuestros pasos
En
el desvanecimiento de las muertes acechantes
Llegamos
tarde
Para
el tributo de los sin nombre caídos al olvido
No
había nadie
Sólo
el vacío de nuestra presencia
La
mañana se sorprendió oscuridad
Almacenamos
pensamientos que saben a hambre
Desnudos
y deshabitados
En
áridos paisajes
Quién
aclamará el milagro de nuestras existencias
Rostros
sin bocas
Labios
sin besos
Huérfanos
de alegrías
Alas
enjauladas
Del
ave liberada
Su
pena se oye piar
Anidando
estruendos para el día que manden callar
ángel cuando te leo se desgarra en mi el aullar del fuego, y se me desnuda la tierra en el vacío de las manos y duele y da ojos leerte, creo que para liberarse hay que osar sentir el abismo de la jaula y ese grito de selva y ensangrentarse y llorarlo, y tus poemas siempre están en la barricada, desenmascárando y llevando el sudor de lxs avasalladxs... un abrazo de bosques
ResponderEliminar