Pasaron las horas
Y estaba allí
Pasaron las semanas
Y estaba allí
Quieto
Soñador
Reflexivo
Sin acción ni dirección
Pasaron los meses
Decía que iba a salir afuera
Abandonar el refugio del oso
Todo fue palabrería vacua
Todo fue estéril
Seguía en el mismo sitio
Pasaron los años
A pesar del hambre
A pesar del descalabro
Tomó asiento y no se levantó
Dejó el papel en blanco
Consiguió lo que se propuso
Ser un observador del tiempo
Ser protagonista de la nada
Extinguirse siendo escondite y asceta del fracaso
Pasó el viento y se quedó el olvido
Dejó huella borrada y ni un paso más
Ese detenerse a veces es necesario pero no para dejarse morir sino para dar pasos con mayor convicción. La soledad puede tener algo de reparadora pero pasado un tiempo, hay que bajarse de la torre de marfil y sorprenderte, y descalabrarte, y levantarte, porque la vida es así.
ResponderEliminarBuenas noches, si lo lees a estas horas, un beso!!
Parece que el personaje sufre de agorafobia, hace un pacto con el tiempo y espera desaparecer. Como todo, al final se queda en el olvido
ResponderEliminarParece que tu personaje sufre de agorafobia, no le importa nada, sólo espera desaparecer haciendo un pacto con el tiempo y como tal fracasa y no deja ninguna huella después de una existencia vacía.
ResponderEliminarExisten seres así de impasibles, ni la muerte les importa.
Lección de psicología hoy.
Un abrazo Ángel.