De la ruina de nuestros andares
No se hizo camino si no barranco
El negocio que abriste
crió malvas y un par de cipreses velan su defunción
Duró un día de sol deslumbrante
Ahora cae una fina lluvia que cala en los huesos
No nos desprendemos de las nubes negras
Es triste este andar por las calles mojadas
Caras enmascaradas previniendo peligros víricos
se cruzan buscando un corazón que dejaron atrás
El hombre arrodillado en la acera
Está confinado en la miseria
Pandemia de invisibilidad
La soledad arrolla a los espíritus angustiados por su derrumbe
No existe la vacuna contra la avaricia
Grandes avenidas repletas de espejos
Individuos en su mentira esculpiendo un lienzo falsario y frívolo
Sonríen a su reflejo
Esperan que la gente les observe
y hagan crecer sus egos de aire contaminado
Nos alejamos en silencio
Dibujamos escorpiones en un círculo de fuego
Llegó la noche
Un manto de oscuridad cubrió la atmósfera de escepticismo
Días de barro
Las mentes dejaron de pensar
La ignorancia llenó el espacio de carcajadas estúpidas
Las horas del reloj pasan lentamente
Y no sucede absolutamente nada
Nada más que este columpiarse en el abismo de la sinrazón
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