El frío del alba
nos sorprendió al caminar
Ya nada fue como ayer
El despertar deja un halo de pesadumbre
y bostezos de aburrimiento
Esta hiel de lunes al amanecer
Ya no es para nosotros
Haremos camino donde se pierdan los pasos
Desperté al salvaje que hay en mí
Tan sólo encontré espasmos de instinto animal
Los montes de hormigón están llenos de almas domesticadas
El ritmo de los cencerros mató al silencio
Quizá fue un milagro
el desaparecer entre los brazos de un amor desvanecido
Ahora buscamos la salvación en la palabra
Cuando la guerra destruyó los mundos que habitábamos
La sombra del precipicio se dibujó en ojos melancólicos
Del sueño amargo de una existencia acuchillada
se despierta el afán de supervivencia
Navegamos por ríos de bravos caudales
Antes de desafiar a la fuerza de la cascada
Llévame a la utopía del milagro hecho realidad
A la defunción del tiempo
Al olvido del ocaso y su decadencia
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