Llueve en el corazón de los desesperados
Senderos oscuros y tenebrosos
Ojos de cuervo
Nunca terminan las noches de luna ausente
Pasos cansados yendo
Mas no huyendo
Del macabro destino
de almas saltando alambradas
Se oyen balas de frontera
Se acabó el camino
Venció el muro
Sin refugio para el desertor
Sin sustento para el disidente
que no quiso pasar por el aro
Lo quemó
Bendita hoguera
Graniza en la decadencia
de esta juventud llena de arrugas
Una oración para el futuro
Los gusanos dijeron amén
Abre la ventana
Que entre el Sol
Al fondo del paisanaje
se ven los bueyes
Van arar la bendecida obediencia
Si existe algún espíritu libre
Avísame
Seguiremos su estela
Daremos ternura al corazón del desesperado
Me eriza la piel leerlo.
ResponderEliminarUn gran abrazo.