Una
ciudad turística
En
el centro muerto de su corazón
Tiendas
de lujo
Edificios
para negocios del crimen
Apartamentos
de alquileres imposibles
Echaron
a los indígenas del lugar
Una
hilera continua de comercios
Es
lo que hay en sus mastodónticas avenidas
Comprar
y vender
Una
oda obscena al consumismo
En
la periferia de la urbe
Se
esconden barracas
hechas
con tablones, latas y plástico
La
miseria que el turista no verá
El
espectáculo macabro del capital
Es
una máquina de matar
Roba
la vida
a
millones de desheredados
y
sus esperanzas nacen muertas
El
resto de la población trabajadora
Vive
al día
Entre
facturas impagadas
La
nevera medio vacía
Y
una lucha cotidiana
para
poder seguir en pie
En
el duro invierno interminable
Buscarán
el calor en su imaginación
Para
no perecer helados
No
hay calefacción
En
casa del pobre
Se
oyen rugidos de avión en los cielos
Nuevas
avalanchas de turistas
vienen
a ver el decorado
de
una ciudad que enseña lo que no es
Un
parque temático
de
costumbres y tradiciones
para
no defraudar los ojos ciegos
de
los coleccionistas de postales
Edificios
monumentales
Centros
comerciales al aire libre contaminado
Y
más allá de lo superfluo
y
de la venta del alma humana
Barriadas
de realidad
que
nadie desea ver
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