La
libertad no era más que
poner
un fajo de billetes encima de la mesa
Para
comprar nuestra autonomía vigilada
Necesitamos
vendernos al peor postor
La
rueda ha de continuar girando
Mañana
hará falta poner más dinero
Y
así hasta la defunción
que
pagaremos en incómodos plazos
Macabro
destino
La
deshumanización tenía un precio
Y
resultó ser insaciable
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