El
desierto en tus brazos
Se
escurrió la arena
Y
no quedó nada
El
vacío tras el inmenso infinito
La
soledad
Me
devolvió a la luna
Ingrávido
Floto
sin oxígeno
sin
saber adonde voy
Muerto
entre cadáveres vivientes
Me
elevo más allá del mal
Sin
rastro del bien
Una
capa de basura se extiende por los aires
No
se ve nada
Queda
poco tiempo para el resurgimiento
de
la absoluta oscuridad;
donde
los corazones dejaron de latir
Tal
vez falte un instante
para
ahogarnos en el deshielo
alimentado
por el cáncer de la polución
Los
sucios pulmones esputan sangre
Herida abierta
Agonizante realidad
Dolor
inmenso de un infeliz crecimiento
Se
calcinó el árbol
donde
nos besamos aquella noche de verano
Ahora
mis huellas se pierden en la arena
tras
el olvido de tus abrazos
Desgarrador poema, pero precioso en si.
ResponderEliminarBesos
Aun así, la pérdida no es perenne ni el hallazgo circunstancial.
ResponderEliminar