Ahora
sé que el futuro no existe
Tan
sólo es un espejo
que
nos devuelve los crímenes por realizar
Millones
de seres que escapan de sus hogares de muerte
Millones
de niños con su hambre como plato de comida
Esperan
la ejecución final
En
este presente abominable
Y
yo sé que no hay futuro
Más
que las ausencias que mata el tiempo
Se
aprueban leyes de injusticia
en
los parlamentos burgueses
Adorada
civilización occidental
Las
mentes duermen
Las
piernas se desperezan
Para
ir donde aborrecen
Esclavitud
forzosa
Asalariados
sometidos
Un
hombre pide en la calle
Una
mujer encierra su pena
a
cal y canto en su casa
Hoy
vive allí
Y
mañana
Las
huestes del mal prepararán el asalto
para
echarla a la inhóspita intemperie
Es
la ley del hormigón
Es
la ley de los poderosos
Calma
tensa en el cementerio
Adornamos
nuestras tumbas con crisantemos
Quién
cogerá el hacha de guerra
Ahora
que nos fríen con aceite hirviendo
Y
cada vez morimos más
Y
cada día las cadenas aprietan más
Sé
que el futuro
es
la ausencia de todo destino
La
plenitud del infinito
Por
qué no cogemos el hacha
y
cortamos nuestras cadenas
Antes
que el adiós nos venga a buscar
y
nos devuelva al olvido
Al
silencio de un fallecido despertar
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