A
veces subo a la ladera de la montaña
Al
abrigo de los árboles encuentro cobijo
El
jadeo del perro
Sólo
eso me acompaña
Y
algo más
Pongamos
el vuelo de las aves
A
lo lejos veo pasar el tren
Y
me imagino
Gente
que sube y baja de la estación
que
va a ninguna parte
También
me veo a mí
Yendo
sin ir
más
que al espanto de mis desilusiones
Cuántos
cadáveres besaron los raíles
Cuántos
codazos dan los que quieren llegar primero
Puñetazos
de codicia a sus iguales
La
ley de la selva
Pero
aquí ya no hay selva
Más
que desiertos de hormigón
Nada
más que eso
Jugamos
a ver quien nos exprime
Yo
ya no doy jugo
Sangre
hirviendo corriendo por mis venas
Siempre
me queda la ladera de la montaña
para
ver como baja la mentira
que
nos mantiene inmovilizados
dentro
de nuestros cubos de cemento armado
Invadidos
por imágenes
Sometidos
por el ruido
que
no nos deja pensar
que
no quiere más que bocas mudas
Proyectos
de cacatúas con acceso a internet
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