La
cara desencajada
La
ira se apoderó de tu espíritu atormentado
Un
gesto de burla desencadenó el infierno
Caballo
herido que sale a tropel
La
lengua desemboca en río de pirañas
No
hay salvación
Como
estatuas fijan la mirada a ninguna parte
Te
vas
Del
tumulto a la cueva de la meditación
Una
mirada triste pregunta razones
La
locura basta para que lo evidente
Sentencie
tu inocencia de fuego candente
Cierras
la ventana de tus ojos
Te
sumerges en la oscuridad
Los
minutos vuelan con el aire
Son
los mismos que te ven huir
Cuando
el alma precisa otro mundo que crear
Otro
lecho donde descansar
Otros
ojos en que creer
Retornas
a la escena del crimen
Disculpas
te dan y se entierran en el olvido
Hace
frío en la estancia
La
calma vuelve a sus mortificaciones
Otro
día pasa
Y
tu corazón latiendo en otras latitudes
Corres
por el desfiladero
Reencontraré
tu furia perdida
Prendes
fuego a la tarima donde parlamentas
Te
pierdes por el barranco con el orgullo henchido
De
noches que graznan cuervos
Gritan
tus dedos ante la libre caída
Respira
tu boca aire calcinado
Cenizas
que el tiempo recuerda de tu ayer
Segundos
que mueren
Las
pisadas que retornan
Al
lugar donde estás
Al
espacio donde no deseas volver
La
carcajada que destila el sinsentido
Residiendo
en un mañana
Que
apaleamos una noche que nunca existió
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