La
huella de los pies en la arena
El
viento que borra su recuerdo
Irremediablemente
Me
emborracho de gravilla y salitre
Mirando
el infinito desde el rompeolas
La
mar que acaba en una enorme cascada
Desvarío
de la vista y de una infancia
Que
nunca me abandona
Oigo
gritos de niños
Que
han perdido el juego y la sonrisa
Los
que desesperan
Al
otro lado de nuestras paredes
Ahogados
de miseria
Lamentos
de hambre
Más
allá de la cascada imaginaria
Niños
destrozados por bombas incendiarias
Gritos
de mujeres que pierden vida asesinada
El
odio sionista
Reproduce
campos de exterminio
Juega
con su victimismo ensordecedor
Para
teñir de sangre la inhumana condición
La
degradación moral que enarbola su poder
Niños
palestinos masacrados
Con
la bendición armamentística del Imperio de las SS
Y
de los USA también
Brotan
mis saladas lágrimas
En
la mar que ruge su desesperanza
El
azul de sus aguas
Se
tiñe de negra defunción
De
gris destrucción
Miradas
infantiles muertas de desesperación
Víctimas
del horror capitalista
De
la barbarie del saqueo
De
la avaricia y su tráfico de personas
Bienvenidos
al esclavismo siglo XXI
Niños
congoleños, ruandeses, ugandeses…
La
mano de la avaricia imperial que aprieta el gatillo
Aquí
está el juego que los micrófonos del poder y de la ignominia
Esconden
detrás de la ira de fuego y desolación
Mi
alma que llora su pena
Ante
este civilizado liberalismo
Que
come carne humana
Que
brinda las riquezas terrenales ultrajadas
Ante
la mirada gaseada de millones de muertos
Niños
que dejaron de latir su horror
Mujeres
Hombres
Donde
ya no palpita la agonía cotidiana
El
capital financiero les desolló el corazón
La
podredumbre enluta este mundo sombrío
La
rabia que bombea mi corazón
Las
olas me traen la amargura
De
millones de voces apagadas
Ya
no hay huella en la arena
El
espectro de lo que fui
Se
larga a otras salidas sin callejones
El
día que ya no seré
Cuando
el recuerdo se olvide de mí
Pasearé
en la nada del vacío
Con
los humillados
Rastreando
paisajes
En
busca de la alegría de un mundo sin fronteras
Perdido
en la utopía
Nos
fundiremos en ola de mar
Ahogando
este mundo
Que
no borra su tétrica risa
Ante
la riada de sangre
Donde
la mayoría vertemos
Nuestra
felicidad perdida
Y
jamás hallada
En
el arenal
De
este genocidio silenciado
Como cantaba Gato Pérez: "SOS, socorro, urgente, el mundo en manos de delincuentes".
ResponderEliminarPuede parecer poco, muy poco, pero hemos de seguir luchando con todos los medios a nuestro alcance contra tanta injusticia y tanto horror. Y eso, por supuesto, incluye la palabra.
Salud, Ángel!
Creo que esta publicación merece ser vista:
ResponderEliminarhttp://laantorchadekraus.blogspot.com.es/2014/07/camara-fija.html
Qué horror, qué espanto, este mundo secuestrado que vomita su asco...
EliminarSalud Loam