El
trueno estrujó el cielo
La
lluvia enterró la ciudad
Lágrimas
de alegría corrían las calles
Escampó
el temporal
La
humedad sofocó el asfixiante calor
En
la tapia arbolada del parque
Donde
jugabas con tus historias inventadas
Una
cría de pájaro piaba desencontrado
Oíste
el canto
Hacia
él fuiste presto
Tu
pequeña alma de cinco leves años
Corrió
para salvar a la solitaria ave
Con
ternura lo cogiste
Me
lo enseñaste
Le
ofreciste calor de hogar
Era
un joven mirlo que cayó del nido
En
ausencia de padres
Le
diste de comer
Agua
no faltaba en tus manos
Para
humedecer el pico
Del
pequeño alado
El
esfuerzo acabó en trágico final
El
mirlo pereció al día siguiente
Estaba
débil por la caída
O
tal vez estaba enfermo
Y
por eso del nido fue abandonado
O
tal vez…
Expiró
en un adiós anunciado
La
pena fue su inevitable muerte
De
nada sirvió la lucha por intentar salvarle
Lloraste
su desdicha
Tu
alma se retorció en llanto amargo
Te
di mi consuelo
De
tiempo en tiempo
A
horas intempestivas
Te
acordabas del joven mirlo
Y
las lágrimas cubrían tu cara infantil
Me
conmovía tu sensibilidad
Tu
amor por el prójimo
Sé
que detrás de ese llanto
Se
esconde una enorme humanidad
Una
sed de justicia
La
senda de la solidaridad
Que
se percibe en tus ojos llorados
Espíritu
libre de cinco años
Que
no hay bandera blanca
Que
exista en tu corazón de guerrillero
Viajan
ahora sus plumas dormidas
Camino
del vacío
Enorme
Tu
llanto por el pajarillo
Tu
enorme bondad
Tu
lágrima
Que
besa la tierra
Que
despidió a tu fugaz compañero
Donde
vuela invisible tu infinita ternura
No hay comentarios:
Publicar un comentario