El despertador suena desafinado
Hoy como ayer no me levantaré a cumplir condena
No hay presidio donde acudir
Al borde del precipicio caminaré
Me preparo un café amargo
Y el horizonte se abre a mis pies
Se desmorona al abrir la puerta
Hay veces que...
Apago el teléfono
Organizo los papeles
No hay nada escrito
Acaricio al perro
Salimos a los vientos
Y el huracán se lleva nuestras almas
Quedan los cuerpos en declive por el hacer del tiempo
Las manecillas del averno indican el trayecto
Es la hora de los buitres
Se abren las alas
Nos hemos librado de ser carne industrializada
Creencias de un ignorante
Lágrima derramada en matadero
Pétalos caídos
La margarita desnuda sin su amor eterno
… y la tumba habitada está
Los buitres siempre han tenido su hora, ahora estamos industrializados. Feliz tarde. Abrazo Ángel
ResponderEliminarLas primeras líneas me han recordado mi propia vida.
ResponderEliminar¿te invito a un café? En compañía sabe mucho mejor.
Besos.
Pues eso, en cuanto amanece y despertamos, ya están los buitres preparados, hay suficiente carnaza.
ResponderEliminarMejor una infusión relajante a esta hora.
Un abrazo.