Ya vamos perdiendo segundos
Ya vamos ganando kilogramos de arrugas y perdición
Ya estoy pero tú no estás aquí
Ya perdí mi reloj de arena
Soy espuma sin ola de mar
Ya me rendí a la miseria
Vivo con lo puesto que es nada y desnudo
Ya me alimentas
Por eso no muero de inanición
Ya nos mienten, nos mintieron y nos siguen mintiendo
¿Aceptamos?
Se lo creen
La fe venció a la razón
Mal vamos
Caída
Se oyen quejidos en el barranco
Una piedra contra el tanque
Siempre estaremos con las piedras
Faltan manos de solidaridad
Se fue al carajo el diablo
Y nos dejó el averno sobre la tierra
Ya ríes en este instante
Parpadeo de felicidad
Qué menos... pues nada
Aún no sé lo que haré con mi vida; dijo el octogenario
Aún no sé si sembrar páramos o recoger tempestades
Somos máquinas inservibles en el mercadeo global
Quién robó el corazón
Inadaptados al te compro y me vendo
¿Hay salida?
Dame un beso de despedida
Es bonito el poema.
ResponderEliminarMe gustó.
Besos.
Mal va la cosa, pero te doy un beso de hasta siempre. Feliz semana Ángel
ResponderEliminarEl tiempo no perdona a nadie, me miro las manos, antes blancas y finas, ahora surcadas por las venas que marcan lo que vamos perdiendo. No sé si pensamos lo suficiente en la vejez, como decía mi padre la palabra anciano no me gusta, el tiempo me ha demostrado que hasta que no se convierte en un problema, preferimos vivir al día y hasta cierto punto es lógico, pero pronto seremos máquinas inservibles para esta maldita sociedad.
ResponderEliminarSigo analizando tus frases.