El tiempo se nos bebió a tragos
Se nos fue el futuro
En mi casa de aire
Se difuminó tu presencia
Y otras tantas más
Queda el declive
Que tarde o temprano llegará
No desesperes
Inevitable es
En esta eternidad de horas contadas
Deja una obra de arte
Que son los latidos del corazón
Sigue haciendo y deshaciendo
No queda otra
Que hallar salidas al laberinto
Reconfortar la pena
Dar rienda suelta a la alegría
Somos caballos desbocados
Aún debemos perder el norte
Locos en un mundo de cuerdos asesinos
Queríamos ser dioses
Nos quedamos en apóstoles proscritos
Vagabundos del más allá
Ahogados en el mar de las dudas
No existen paraísos para las aves de alas cortadas
Bonitas letras, pero soy de las que piensan que existe el paraíso de la redención para aquellos que lo buscan aun con las alas rotas ;)
ResponderEliminarUn beso.
Por mi profesión puedo reparar esas alas rotas, un poco de sutura, vendaje oclusivo y férulas para inmovilizar. Enseguida nuevas.
ResponderEliminarJe, je. Un abrazo.