Una mañana fría y soleada
Al otro lado del cristal
Un alma penitente
Te dice
Sal de la guarida
Llevas años encerrado a mil kilómetros de profundidad
Piel lívida
Cuerpo liviano
Surges de las entrañas del subsuelo
Te arrastras por las calles de la ciudad muerta
Intentas captar algo que te estimule
Por insignificante que sea
Ver más allá de un mundo moribundo
Alejarte del refugio en derrumbe
Mas todo fluye al punto de salida
Por mucho que te alejes
La guarida siempre está a tu vera
En el centro de tu ser
Afuera nada que hacer
Más que esclavizarte
Un desguace lleno de esperanzas
Te consumes en libertad
y reducido a polvo estás
Tus huellas invisibles
te dirigen a la guarida
A mil kilómetros de profundidad
Por un puñado de vidas más
Bonito poema.
ResponderEliminarFELIZ 2022!!!
Un abrazo.
La guarida, como refugio, como punto de entrada y salida , el lugar al que volver, seguro y confortable.
ResponderEliminarBesos.
Arrumbados en el búnker... Casi.
ResponderEliminarUn gran abrazo. Y que este año te sea muy favorable en todo. Mucha salud.