Salí de mi tumba interior
Para pasear por la ciudad de las máscaras
Bucear entre las miradas al vuelo
Y ver si alguna me llevaba al universo de lo tangible
Cámaras que vigilan
Móviles que adiestran pensamientos
Tribus con su banderita apaleando al disidente
Me acerqué a un centro comercial
Vendí mi alma al Dios del consumo
Como no tenía ni un céntimo en los bolsillos
Ni oficio ni beneficio
Me quedé con las ganas de comprar todo eso que odio y no necesito
Liberado del bien productivo
Volví a las calles
Sin saber adonde ir
Las marionetas caminan deprisa con sus hilos invisibles
Me decidí a perseguirlas
Iban a sus celdas con sus vidas de atrezo
Como colofón al declive
Me sorprendí careciendo de objetivos
Esperando ausencias
Estrellas sin luz
Cuentan las horas que quedan para la implosión final
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