No
nos dijimos adiós
en
el último desencuentro
Sabíamos
que era el final
Y
no el principio de nada
Abrazos
al viento
Besos
al vacío de las almas
Miradas
que bajan a los subsuelos
¿Qué
buscarán?
Páginas
escritas
repletas
de borrones
y
sin cuenta nueva
Destierro
en el caminar
Traición
a la fe de los indomables
Ya
no somos uno de ellos
Días
extraños
Sin
la voz de tus susurros
Sin
la lucha armada de mis pensamientos
Organizando
el asalto a los palacios de invierno
que
aún quedan por liberar
Prisioneros
de las mentiras
La
realidad es sangre, sudor y esclavitud
de
lunes a viernes
de
sábado a domingo
Y
las fiestas de guardar
al
camposanto de los supermercados
a
comprar el hambre del mañana
La
vida se nos fue sin pedir permiso
El
primer día de las vacaciones
Se
estrelló el avión
que
nos llevaba a la alegría de un mar
de
sonrisas sin lágrimas
Saltaron
al vacío
Sin
mirar atrás
Yo
me quedé en la explosión
El
agua se tiñó de roja sangre
Un
no sé qué decir
Una
indiferencia sin compartir
Y
mañana volverá a ser lunes
Los
cariños se desvanecieron
como
octubres rojos
que
jamás supieron renacer de las cenizas
Soplan
vientos fuertes
Nudos
en la garganta
Heridas
sin cicatriz
Y
el ir a otros mundos imposibles
Sin
decir adiós
Comparto tu manifiesto "amor" por los supermercados. Siempre he preferido los desguaces, aunque no me interesen los recambios.
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