Perdí
el trabajo
por
incomparecencia expresa y eterna
Perdí
el tren
donde
viajaba al centro de la ciudad muerta
Perdí
las llaves del coche
que
nunca tuve y jamás conduciré
Perdí
el hogar de la infancia
Se
oxidaron los columpios
El
derribo anuncia el paso al ocaso definitivo
Perdí
la maleta
mas
no el viaje que quiero emprender
para
no volver
Lo
perdí todo
menos
la trinchera que me debes
que
son tus brazos
y
el latido del corazón
Sin
ellos la oración es baldía
Y
la salvación
Una
quimera
Sólo
hay ostracismo
para
los faltos de cariño
Seguro que fundamental todavía no ha sido pasto de las llamas. Siempre regresamos al principio aunque perdamos los principios.
ResponderEliminar