Los
árboles se desnudan en invierno
Contracorriente
Impasibles
ven pasar los años
No
hay fuga en ellos
Como
no existe la huida en los inhumanos despertares
No
hay monte en las mañanas de café amargo
Decir
sí a jefes, clientes y sepultureros de la vida
La
agonía del condenado
Triste
no existencia
Alguien soltó lastre
El
que se cansó de obedecer
El
que pegó el portazo
y se fue
A
ser un hombre desnudo
Un
árbol andante
El
que deja de producir
El
que se negó a recibir una orden más
de
los que dicen lo que hay que hacer
y
donde fallecer
Nunca
seremos lo que se esperaba de nosotros
Sólo
náufragos en un mundo hostil
Una
melancólica esperanza en busca de su alegría
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